El tipo de cambio peso – dólar había mantenido una trayectoria a la baja con mínimos históricos. Desde el 24 de marzo de 2020 en donde se alcanzó 25.33 pesos por cada dólar, se transitó en una recuperación de terreno para la divisa mexicana, hasta llegar el pasado 9 de abril a su nivel más bajo del sexenio de 16.31 pesos.
A partir del proceso electoral que se vivió en México y de la posible conformación del Congreso que podría implicar cambios constitucionales que se habían propuesto desde la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha motivado un movimiento en la cotización del peso – dólar, bajo la lectura del mercado de que esos cambios podrían ser contraproducentes, expuso a T21, John Soldevilla Canales, director general de la firma consultora EcoBI.
“En cada periodo electoral (abril-junio), el tipo de cambio se ha presionado indefectiblemente: 10% en el año 2000 (elección de Vicente Fox), 9% en 2006 (Felipe Calderón), 14% en 2012 (Enrique Peña Nieto), 15% en 2018 (López Obrador) y 11% durante este periodo”, comentó Soldevilla Canales.
En la perspectiva del especialista, “esta depreciación cambiaria podría inducir un incremento de las exportaciones, pero ésta será marginal y solo de corto plazo, de todas formas, el transporte carretero será beneficiado parcialmente por este lado. Sin embargo, este beneficio temporal sería contrarrestado parcialmente por el lado de las importaciones, que en un 46% se realiza por transporte carretero. Para la industria de autotransporte de carga, habrá cierto beneficio por las exportaciones, pero no así por el lado de las importaciones. Al final, la ganancia neta sería marginal”
En datos compartidos por EcoBI se identifica que de las exportaciones totales en 2023 que correspondieron a 593 mil millones dólares, 65% de estas se movilizaron por vía carretera, en donde además se ha tenido un incremento de 10 puntos de participación en la última década.
Ante esta situación, John Soldevilla enfatiza que no se puede planificar con base en este movimiento del tipo de cambio, pues de acuerdo con lo observado en otros procesos electorales, siempre se ha regresado a niveles previos o cerca del mismo, “este año puede ser particular, ya que se conjuntan varios factores que podrían mantener presionado al tipo de cambio por el resto del año”, destaca el director general de EcoBI.
Entre esos elementos están las recientes declaraciones del líder de la bancada en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, en donde anticipaba que se votarían todas las reformas propuestas por el actual jefe del Ejecutivo. A esto se suma el interés del presidente López Obrador de aprobar en septiembre y de última hora sus reformas constitucionales, frente a esta situación los mercados están reaccionando negativamente: depreciación del peso, caída de la bolsa de valores y aumento del riesgo país.
Aunado a lo anterior, en noviembre se prevé que Donald Trump sea triunfador del proceso electoral en Estados Unidos, de quien se espera mantenga su estrategia de atacar a México y factores como migración, aranceles, revisión del T-MEC en 2026, entre otros; lo cual podría generar presiones cambiarias por el resto del año.
En 2016 cuando ganó Donald Trump el peso se depreció 22% entre mayo y noviembre. “El tipo de cambio cerrará este año en 19 pesos o más. Pasada esta coyuntura, la cotización regresaría el año entrante a niveles más cercanos a los 18 pesos”, identificó John Soldevilla.
En esa misma línea, Alejandro Saldaña, Economista en Jefe de Grupo Financiero Ve por Más (BX+) compartió que derivado de que los eventos recientes han sido significativos y no estaban contemplados en su escenario para el cierre de año, que originalmente oscilaba entre 17.9 y 18.3 pesos por dólar, “se tendrá que considerar que posiblemente los activos mexicanos coticen con una prima de riesgo mayor y sean algo más volátiles en adelante, pero el país sigue ofreciendo algunos aspectos favorables, como unas finanzas públicas sanas, una sólida posición externa y tasas de interés atractivas”.
A esto se debe considerar que se puedan reevaluar las tasas de interés, “que Banxico sea más reacio a bajar las tasas próximamente, lo que protegería parcialmente al tipo de cambio contra más alzas en el futuro”, abundó Saldaña.
En este contexto, las empresas que participan en el comercio exterior, como las firmas transportistas les favorece una depreciación del tipo de cambio, que se genera después de una fuerte apreciación experimentada en los años recientes (alrededor de 20%).
“La actual depreciación de 11% compensa solo parcialmente las pérdidas generadas en estos años al pesificar sus ingresos por exportaciones. Lo mismo aplica para los autotransportistas de carga. Si estos últimos tienen cuentas por cobrar en dólares a 30, 60 o 90 días, lo recomendable es que dejen pasar el tiempo establecido en sus contratos, ya que el peso mexicano puede mantenerse presionado por el resto del año. Esto provocaría una ganancia cambiaria y mejoraría sus balances del año”, puntualiza Soldevilla Canales.
En la perspectiva de Alejandro Saldaña, los exportadores mexicanos se encuentran tomando de buena forma la depreciación del peso, “pues ellos estarían recibiendo más pesos por cada dólar, además de ganar más competitividad en mercados internacionales. Así mismo, el consumo de bienes producidos localmente podría ser más demandados, sobre aquellos que son importados, al encarecerse estos últimos”.