De aprobarse la fusión, señaló la CFC, se crearía un agente con la capacidad de desplazar indebidamente a sus competidores e imponer precios y condiciones desfavorables a los consumidores.
Entre las razones para prohibir a Mexicana adquirir a su rival, Aeroméxico, la CFC argumentó que se generaría una concentración excesiva en 24 rutas nacionales, entre las cuales se encuentran las de mayor tráfico del país, todas partiendo de la ciudad de México hacia Monterrey, Cancún, Guadalajara, Tijuana, Mérida, Villahermosa y Acapulco.
“Esta concentración excesiva difícilmente podría ser contrarrestada por otros jugadores, debido a la existencia de altas barreras a la entrada”, señaló Eduardo Pérez Mota, titular de la CFC.
Por ejemplo, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que es origen o destino para 66% de los pasajeros transportados en rutas nacionales, está saturado en casi todos los horarios, lo cual imposibilita la asignación de horarios de aterrizaje y despegue (slots) a nuevos jugadores.
“Persiste la discrecionalidad en el otorgamiento de permisos para nuevas aerolíneas, así como en la autorización de nuevas rutas para aerolíneas existentes. Mientras operaron juntos Aeroméxico y Mexicana, el marco legal actual sirvió para inhibir la entrada y el crecimiento de opciones distintas”, señaló.
Aunque al hacer su oferta por 200 millones de dólares para adquirir Aeroméxico, Mexicana presentó una serie de compromisos de abandono de rutas y frecuencias de vuelo, para evitar una resolución desfavorable, “esto implicaría la reducción de la oferta disponible para los consumidores, sin que esto se traduzca en mayores posibilidades para nuevos entrantes”.
El pasado 3 de octubre Grupo Mexicana, que preside Gastón Azcárraga, se sumó a la puja de los empresarios Moisés y Alberto Saba, así como de Banamex y un grupo de inversionistas, por adquirir a la empresa estatal Aeroméxico.
Mexicana presentó una oferta pública de 200 millones de dólares por el 100% de las acciones de la aerolínea, superior en un 25% a las ofertas que habían presentado sus rivales.
Esta oferta fue aprobada días después por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), aunque sólo faltaba el aval de la CFC, el organismo antimonopolios de México.
El día que presentó la oferta, Gastón Azcárraga se mostró confiado de que ésta aceptaría la operación, con el argumento que las condiciones de que tanto Mexicana como Aeroméxico han venido perdiendo mercado.
En el último año, la participación conjunta de ambas aerolíneas en el mercado aéreo nacional pasó de 65 a 53% y se estima que para el cierre de 207 se ubique por debajo de los 50 puntos porcentuales.