Esta adquisición forma parte de la estrategia integral de generación de alternativas de rentabilidad de la empresa, ya que permitirá disminuir hasta en 40% los costos de adiestramiento de tripulaciones de la aerolínea durante el período de 2005 – 2015.
El simulador de vuelo Boeing 737 Nueva Generación Nivel D de Aeroméxico, tiene capacidad de funcionamiento de hasta 6 mil quinientas horas de vuelo anuales; será utilizado para adiestrar a 150 tripulaciones que operarán las 25 aeronaves Boeing 737- 700 Nueva Generación, las cuales estarán integradas a la flota de la aerolínea a finales de 2005.
A partir de agosto de 2005 este equipo comenzará a operar en el Centro de Capacitación Alas de América. Este simulador de vuelo está considerado como uno de los más avanzados en el mundo en su género. Está avalado por la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil), la FAA (Federal Aviation Administration) y por todas las asociaciones de la industria aeronáutica a nivel mundial.
Una de las principales características de este simulador de última generación es su sistema visual de 180 grados, el cual permite reproducir todo tipo de escenarios, tales como, nieve, lluvia, sol, niebla, montañas, etc.
Otro valor agregado que Aeroméxico obtiene a través de esta adquisición, es la capacidad de simular circunstancias de emergencia, como turbulencias, vientos de cola, visibilidad mínima y tormentas, que evalúan la reacción de las tripulaciones; asimismo proporciona la imagen de los aeropuertos más importantes internacionales en vista real y actual.
Con la adquisición de este simulador, las tripulaciones de Aeroméxico ya no necesitarán viajar al extranjero para participar en los cursos anuales de adiestramiento, como lo exige la normatividad vigente, que es de dos veces al año. El adiestramiento con el simulador in situ constituye un ahorro considerable para la empresa, ya que al no tener que desplazar a sus tripulaciones a otro país para hacer uso de este recurso tecnológico, se ahorrará los costos de viaje y mano de obra (ahorro de cuatro días al año por piloto, mismos que se utilizarán en vuelos, con el consiguiente aporte a la eficiencia operativa de Aeroméxico.