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Ante el inminente cambio climático y el calentamiento global, el ambiente se ha visto seriamente afectado. Por ello, diversas empresas y organizaciones han estado evolucionando la manera en la que operan con el fin de reducir su huella de carbono, la cual aún está muy elevada.
Es un hecho que ninguna otra actividad está incrementando sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) tan rápido como el del transporte. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente, este sector ha contribuido con alrededor del 14% de las emisiones mundiales de GEI, siendo el transporte terrestre el principal emisor, seguido del marítimo y la aviación, que contribuyen con el 2.2 por ciento.1
Hablando de México, el sector transporte emite alrededor de 171 toneladas métricas equivalente de dióxido de carbono (abreviado, MtCO2e), de un total de 683 MtCO2e, lo que equivale aproximadamente al 25% de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).2
Es por ello que es muy positivo ver al sector empresarial tomando acciones que van en línea con el compromiso que tiene México ante la Conferencia de las Partes (COP) de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en un 35%, lo que equivale a 281 millones de toneladas de CO2.
Existen tres posibilidades para lograrlo:
- La primera es neutralizar nuestras emisiones, al dejar de hacer ciertas actividades o procesos.
- La segunda es reducir, es decir, hacer menos uso de ciertos equipos que son contaminantes o renovarlos para que sean más eficientes.
- Y la tercera es compensar lo que emitimos mediante acciones como la reforestación o el uso de fuentes renovables de energía.
Si bien las tres son importantes y deberían ser aplicadas, en esta ocasión quisiera enfocarme en el tercer punto, ya que el ser responsable en las operaciones, no solo es cuestión de la cultura organizacional, sino también de los activos que ocupan las compañías.
Como empresas, el exigirnos ser más responsable, nos llevará también a exigir a nuestros proveedores actuar lo más acorde posible a nuestros valores y manera de proceder. Además de ir en línea con los objetivos propios de cada empresa en este ámbito. De esta manera, generaremos un efecto positivo de cambio en nuestra compensación de emisiones.
Actualmente, existen herramientas que permiten ser más sustentable. Una de ellas es el arrendamiento, ya que al dejar de comprar equipo y arrendarlo, se disminuye el desecho de materiales, teniendo en cuenta que se puede reutilizar la infraestructura que alguien más ya ocupó, mientras se mantenga vigente y en buen funcionamiento.
Pero, podemos ir todavía un paso más allá. También, existe un tipo de arrendamiento más sustentable, uno “verde”. Por medio de iniciativas como el green leasing, se tiene la oportunidad de compensar la huella de carbono que emite el activo que se está arrendando.
Esto da pie a las empresas para que se preparen para el futuro, además de ayudarles a que puedan mostrarse con sus clientes como un proveedor con responsabilidad social y anticiparse a la fase regulatoria, que eventualmente llegará.
Toda compañía tiene tres niveles para compensar sus niveles de efectos de gas invernadero. El propio, uno asociado a la empresa y a sus empleados, y uno referente a la compañía y toda su cadena de proveedores. Por lo que es importante revisar que todos los niveles estén en sintonía con los objetivos de responsabilidad social.
Incluir estas acciones en nuestros procesos también es una forma de ser más productivos, eficientes y atractivos como proveedores de otras empresas o para la venta de productos finales y servicios.
El ser socialmente responsable e ir generando negocios más sustentables contribuye en la mejora de las condiciones del mercado laboral. Más allá de cumplir con las normas u obligaciones, debemos tener en cuenta que estamos impactando positivamente en diversos sectores y nos convertimos en agentes positivos de cambio.
1. Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA).
2. Ídem.
Puedes consultar la columna anterior de Alejandro Álvarez: Factoraje: otra forma de obtener liquidez para tu empresa.
Alejandro es director de Mercadotecnia de Engen Capital, forma parte del equipo desde 2012. Cuenta con más de 14 años de experiencia trabajando en roles de liderazgo dentro de las áreas de Finanzas y Mercadotecnia en empresas transnacionales como General Electric, Danone y WPP.
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