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La llamada logística 4.0, esa que tiene la capacidad de interconexión y que usa las redes y la tecnología para superarse a sí misma, es uno de los grandes logros de los tiempos actuales; pero, a su vez, presenta riesgos que, si no atendemos con la importancia que corresponde, podrían traer graves consecuencias.
Hacer uso de las herramientas tecnológicas que nos permiten estar permanentemente conectados ha revolucionado la forma en cómo generamos valor comercial y, por ende, nuestras capacidades de producción.
Específicamente hablando de la industria logística, el 4.0 ha permitido ir más allá y responder a las demandas cada vez más específicas que los consumidores han ido desarrollando, principalmente a raíz de la pandemia y los cambios en los hábitos de compra que trajo consigo el comercio electrónico.
Sin embargo, esta bonanza ha hecho que nuestra industria se haya convertido en un blanco para delincuentes cibernéticos, quienes no solo “secuestran” la información, sino que también la comercializan y extorsionan sin importar las consecuencias que estas acciones podrían tener.
Y es que, en su conjunto, las grandes empresas de transporte y logística tienen un valor de mercado superior a los 617 millones de dólares, de acuerdo con datos de Statista.
Según el reporte más reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) titulado Estado de la ciberseguridad en la logística de América Latina y el Caribe, en los últimos cinco años se han registrado 30 incidentes de ciberseguridad (de conocimiento público) donde se han visto involucradas organizaciones relacionadas con la cadena logística.
A futuro, el panorama se vislumbra igual de complejo e incluso más. Gartner estima que para el año 2025 cerca del 45% de las organizaciones en el mundo habrán experimentado algún ataque de este tipo en sus cadenas de suministro. La firma consultora afirma que en la medida en que se use una malla de ciberseguridad, es decir, una infraestructura escalable y flexible para mantener la seguridad de IT, se reduciría el impacto financiero de los incidentes individuales de seguridad hasta en un 90 por ciento.
Desde mi perspectiva, uno de los principales detonadores de esta situación radica en el hecho de que la implementación de tecnologías digitales no se ha desarrollado al mismo paso que las políticas de ciberseguridad respectivas. Pero ¿qué podemos hacer las compañías tecnológicas que estamos inmersas en el ámbito de la logística para hacer frente a esta situación?
De inicio, tenemos la responsabilidad no solo de generar soluciones amigables con los usuarios y que sean lo suficientemente potentes como para responder a sus necesidades de negocio, sino también debemos diseñarlas e implementarlas desde un enfoque ético y seguro donde los datos estén protegidos.
Como desarrolladores somos responsables de la información que se nos entrega en las plataformas. Si somos capaces de tomar conciencia al respecto y sobre los alcances que puede llegar a tener nuestra tecnología, estaremos mejor preparados para enfrentar vulnerabilidades y crear los parches adecuados para protegerlas.
Crear plataformas amigables donde cualquier persona sea capaz de operarlas sin fricciones es también una responsabilidad que tenemos, pues de nada sirve contar con herramientas elevadas si nuestros usuarios desconocen su uso y funcionamiento.
Así, el papel que jugamos es fundamental: en la medida que integremos las buenas prácticas de seguridad en nuestras plataformas, podremos dotar a la industria no solo de sistemas que impulsen los negocios, sino también será posible garantizar su protección dentro del entorno digital.
Queda claro que la seguridad digital es un activo importante para las empresas. Seamos responsables y protejámoslo.
Te invito a revisar mi columna anterior: ¿Cómo hacer entregas eficientes durante la peak season y no morir en el intento?
Eyal Shats es cofundador de la startup chilena dedicada a la optimización logística SimpliRoute, con más de 3 años de presencia en México. Actualmente se desempeña en el cargo de Chief Estrategy Officer preparando su arribo a Miami, desde donde comandará el plan de aterrizaje que la startup prepara para Estados Unidos.
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