Por supuesto, me refiero al Hoy No Circula doble que el día de ayer se tomó como medida emergente (así lo dijo la autoridad de medio ambiente), para contrarrestar los altos niveles de contaminación que en los últimos días han afectado a la Ciudad de México y a quienes aquí habitamos.
El doble No Circula que dejó parados a todos los vehículos con terminación de placas 9, 0, 3 y 4, sin excepción, tuvo un efecto multiplicador que impactó sobre el autotransporte de carga que fue sorprendido en tránsito con la disposición de la Comisión Ambiental Metropolitana (CAMe), de decretar la tarde/noche del martes el doble Hoy No Circula.
Transportistas de carga procedentes de distintas partes del país, muchos de ellos con carga perecedera, vieron interrumpido su camino al impedírseles el paso en las casetas de acceso a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Sin estacionamientos para ellos, debieron esperar sobre las carreteras hasta las 22:00 horas de ayer para poder llegar a su destino y con ello se generó el caos.
El congestionamiento provocó millonarios costos para las compañías autotransportistas, pero también para los propietarios de esas mercancías. Algunos casos por tratarse de perecederos, otros por la llegada fuera de horario, otros por tener activos (camiones) varados 17 o 15 horas sin producir.
Esto fue lo que no pensaron las autoridade con sus decisiones de escritorio. El transporte de carga es el que hace posible el abasto en las ciudades, y sin él, uno o dos días, los costos de los suministros se encarecen afectando a la sociedad, o peor aún, generando escasez del producto.
En la ZMCM existen miles de tiendas, restaurantes, hoteles, hospitales, fábricas y todo tipo de negocio que depende de un abasto seguro, oportuno y eficiente. Pero la autoridad es en lo último que pensó cuando tomó la decisión a rajatabla y no escuchó razones del autotransporte y la industria.
Las demoras tienen un costo, y al final éste es repercutido al consumidor, por lo cual, incluir al autotransporte en un programa como el No Circula termina afectando al consumidor al tener un impacto inflacionario.
En la iniciativa privada es común tener un aprendizaje histórico con las decisiones tomadas, sabiendo que a cada acción corresponde una reacción. Se aprende de los errores y se perfecciona un proceso; pero en el sector público parece que no existe ese aprendizaje asimilado. Ya en su momento se quiso restringir la circulación diurna al autotransporte en la ZMCM, y se enfrentaron las consecuencias similares a lo que ayer ocurrió en nuestras autopistas. Esa vez se vio que era inviable la medida. Es inaudito que nuestras autoridades vuelvan a tropezarse con la misma piedra.
Anoche finalmente la razón se impuso y se trabaja en que el transporte de carga federal quede exento del programa No Circula. Seguiremos informando.
P.D.
La Secretaría de Marina salió ayer a defender su interés por controlar las capitanías de puerto a propósito de una iniciativa presidencial en ese sentido. Con ello busca acallar las voces que ven en la militarización de esa función, un entorpecimiento de las operaciones del comercio exterior. Otra vez el argumento principal fue fortalecer la seguridad en los puertos. Citando un clásico: no entienden que no entienden cuál es la función de las capitanías.
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