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Antes de la presencia del COVID-19 y de la guerra petrolera entre Rusia y la OPEP (Organización Mundial de Países Exportadores de Petróleo), la estimación del crecimiento global rondaría 2.9% “ahora se tiene una expectativa de recesión”, consideró Alejandro Saldaña, Economista en Jefe de BX+.
En este contexto se estima que la economía de Estados Unidos tenga una contracción en un escenario base de -0.5%, en donde incidirá el ritmo de la actividad industrial, con una caída de 4% para 2020. “La actividad industrial de los Estados Unidos es uno de los elementos que consideramos incidirá en el crecimiento del PIB de México, moviendo nuestra expectativa de 1.5% a -4.2% para 2020”, comentó Juan Rich, Director Análisis y Estrategia Bursátil.
Cobertura especial: COVID-19 y su impacto en la cadena de suministro
El efecto del crecimiento industrial en el vecino del norte, también incidirá en el comercio exterior de México. “Las exportaciones estimamos se ubiquen en un rango de -5.0% para este año, mientras que las importaciones caerían en una mayor magnitud, por la relación de insumos para convertirlos y después exportar mercancías”, abundó Alejandro Saldaña.
Aunado al ritmo del comercio exterior, los analistas de BX+ identifican que también se presente una caída en la captación de inversión extranjera directa por el escenario de incertidumbre local y global, además de que las exportaciones petroleras también tendrán una caída derivado del descenso en los precios internacionales del crudo.
INCENTIVOS, FUNDAMENTALES
Al analizar los rubros que tendrán contracción, el sector industrial será uno de los más afectados, considerando que 18% de las importaciones provienen de China, incidiendo esto en la cadena de suministros, aunado a la debilidad de exportaciones.
En el caso de los servicios, en BX+ identifican que el sector transporte, de pasajeros por la movilidad, y de mercancías por la demanda de productos, será uno de los que más impacto tengan.
En México derivado de la emergencia sanitaria, se estima que la caída del segundo trimestre (2T) del 2020 sea la más profunda, y que se comience a visualizar una recuperación hacia el 4T.
Por lo anterior, tanto Juan Rich como Alejandro Saldaña coincidieron en que es necesario tener una política de impulso a la economía, que considere el apoyo a la pequeña y mediana empresa, pero también aprovechar los recursos de la banca de desarrollo, otorgar financiamiento a empresas y personas. “También se debe cambiar el discurso que ha generado incertidumbre”, precisó Saldaña.
Un factor que podría apoyar en esto último, es que dentro de la presentación del plan energético, se dé un mayor ingreso a la inversión privada y con ello, se esté traduciendo en más certeza.
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