Las cadenas de suministro, principalmente en la cadena de frío, deben verificarse minuciosamente para que no haya ningún error, disrupción, o en su caso que lleguen en mal estado los productos, de acuerdo con Hilda López, senior head Comercial & Demand planning de Jüsto.
En el marco de Fábrica de Negocio, organizado por GS1 México, en la conferencia La importancia de la cadena de frío y última milla en las pequeñas y medianas empresas (pymes), la especialista resaltó la importancia de la cadena de frío y sus riesgos en la salud de las personas.
“Debemos garantizar que nuestros productos, desde la elaboración, el almacenamiento, hasta que los entregamos, son seguros para consumirse, para usarse o para el fin que tienen”, señaló.
En este sentido, mencionó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo al menos 600 millones de personas al año padecen de enfermedades relacionadas con alimentos, además de que existen alrededor de 200 tipos de enfermedades que se pueden transmitir por los alimentos.
Además, recalcó que la temperatura se debe controlar en cada paso de su cadena de suministro, desde las materias primas, la elaboración, distribución en cada eslabón, almacenamiento y el mismo consumidor también es parte de esta cadena y debe conocer la manera de manejarla correctamente o saber qué productos son seguros de consumir.
Así, aseguró que dentro de la cadena de frío existe un “colchón” de tiempo para que no se rompa por completo, por lo que “20 minutos es lo más que podemos tener un producto fuera sin dañar esta cadena”, aseguró.
“Algo que no le ponemos mucha atención en las cadenas de suministro es que un vez que un producto se descongela, no se puede volver a congelar”, agregó.
Por ello, explicó a las pymes que existen diferentes normas y certificaciones que ayudan a llevar a buen término la cadena de frío, por ejemplo, la NOM 251.
Esta norma dicta, por ejemplo, un estándar de temperatura a la que se debe mantener un producto, principalmente para que esta temperatura no se esté modificando en cada paso de la cadena, por lo que en refrigerados debe ser entre 0 a 4°C (excepciones hasta 7 °C); mientras que en congelados debe ser de -18°C o inferior.
Además, Hilda López compartió una lista de buenas prácticas en la última milla que utilizan en Jüsto para compartir con sus proveedores de transporte, en la que prevalece el no exponer el producto fuera de su temperatura.
Así mismo, recomienda algunos puntos para el traslado en el vehículo, por ejemplo, mantener puertas cerradas, el uso de termograficadores, buena circulación de aire, etc.
Además, la directiva de Jüsto resaltó que es vital capacitar y concientizar a todos los actores en la cadena sobre la importancia de la temperatura y la manera de no romperla.
“Es muy importante que todas las personas que trabajan con nosotros conozcan la importancia de la cadena de frío”, aseguró Hilda López.
Por ello, mencionó que en Jüsto trabajan con muchas pymes y ayudan a profesionalizarlas en este ámbito, incluso, los proveen de tecnología para verificar que la cadena de frío se mantenga en todo momento.
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