El tiempo se agota para abordar la crisis climática global. Todos los países, regiones y comunidades tienen la responsabilidad compartida de luchar contra el cambio climático mediante la mitigación de las emisiones y la adaptación a los crecientes riesgos climáticos. América Latina no es una excepción, de acuerdo a datos del Banco Interamericano de Desarrollo(1), la región contribuye con el 9% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2), pero paga un alto precio debido a eventos climáticos extremos: entre 2000 y 2019, más de 152 millones de latinoamericanos se han visto afectados por desastres climáticos, incluyendo 12 eventos de inundaciones que causaron al menos mil millones de dólares en daños cada uno.
En este contexto, la industria logística está en el centro de estos desafíos. Por un lado, el sector transporte es el segundo mayor contribuyente de CO2 derivado de la quema de combustible y, por otro lado, el mismo sector es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. Como lo vimos en los últimos días con el paso del huracán Alberto en México, el incremento de intensidad y frecuencia de los eventos climáticos genera daños en las infraestructuras de transporte e interrupciones en las cadenas de suministro.
Para navegar con éxito en este panorama las empresas deben adoptar medidas de manera estratégica y con una comprensión integral de sus objetivos, algunas acciones que varios actores del sector están implementando a nivel local y global son:
Descarbonización: Reducir las emisiones de carbono es crucial para cumplir con los compromisos de sostenibilidad. Las empresas deben calcular su huella de carbono y trabajar con proveedores confiables para evaluar y reducir las emisiones en toda la cadena de suministro. De igual forma invertir en la transición de tipo de transporte por autos híbridos y eléctricos.
Modelos de negocio circulares: Las empresas de logística están abandonando los enfoques lineales tradicionales y adoptando modelos de economía circular. Estos enfoques enfatizan la reutilización y el reciclaje de materiales, lo que reduce el desperdicio y mejora la sostenibilidad en toda la cadena de suministro. La adopción de modelos de negocio circulares tiene beneficios financieros significativos y reduce el impacto ambiental.
Uso de Inteligencia Artificial (IA) en la logística: La combinación de IA, Internet de las Cosas (IoT) y análisis predictivo permite una logística ágil al optimizar y simplificar la cadena de suministro. La capacidad de aprendizaje automático (Machine Learning) mejora la previsión de la demanda, aumenta la eficiencia operativa y reduce las emisiones de carbono.
Embalaje sostenible: El aumento del e-commerce ha llevado a un aumento en los residuos de embalaje. Las empresas están adoptando materiales de embalaje ecológicos, como opciones compostables y biodegradables, para reducir las emisiones de carbono. Aquellas empresas que implementen estos cambios anticipadamente pueden esperar un aumento en la lealtad de los clientes.
Compensación de carbono: La compensación de carbono es una estrategia que está ganando popularidad en los círculos empresariales. La compensación interna se centra en los esfuerzos internos para reducir el impacto ambiental de las cadenas de suministro y las actividades de una empresa. Implementar soluciones basadas en la naturaleza, como la reforestación y la energía renovable, ayuda a reducir la huella de carbono y mejora las comunidades y el medio ambiente circundantes.
Cuantificación de riesgo y planeación de escenarios: Las empresas deben analizar críticamente sus riesgos de cambio climático, desde exposiciones físicas hasta cambios de políticas internas, desafíos de transición e impacto financiero. De igual importancia es la creación de planes de contingencia y continuidad del negocio para diversos escenarios (como sequías, inundaciones y eventos climáticos extremos) que puedan afectar las operaciones comerciales, a los proveedores y clientes.
Las prácticas de logística sustentable no solo reducen la huella de carbono y los efectos ambientales del transporte y almacenamiento, sino que también generan ahorros de costos y aumentan la eficacia de la cadena de suministro. Al optimizar la utilización de recursos y reducir el desperdicio, las empresas pueden disminuir significativamente sus emisiones de carbono y mejorar la eficiencia operativa. Además, al integrar el embalaje y los servicios logísticos sostenibles, se mejora la reputación de la marca y se genera confianza en los clientes, ya que los consumidores valoran cada vez más las prácticas responsables con el medio ambiente. La logística sostenible, por lo tanto, representa un paso calculado hacia un crecimiento empresarial integral, responsable y efectivo.
(1) Calatayud, A., Rivas, M. E., Camacho, J., Beltrán, C., Ansaldo, M., & Café, E. (2023). Transporte 2050: el camino hacia la descarbonización y la resiliencia climática en América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo.
Te invito a leer mi colaboración anterior: Retos (y riesgos) logísticos – Parte 1
*Astrid Karam actualmente es Marine Cargo & Logistics and Aviation Vice President en Marsh Latinoamérica.
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