México vive un momento histórico. El incremento en la captación de Inversión Extranjera Directa (IED) estimulado, en parte, por el efecto del nearshoring (relocalización de centros de manufactura) demuestra que es un destino atractivo para los inversionistas. La Secretaría de Economía (SE) informó que al cierre de 2023 la IED fue de 36 mil 058 millones de dólares (mdd), monto 27% superior al registrado en 2022.
Otro elemento importante para el crecimiento del país es el intercambio comercial con la economía más grande del mundo. Al cierre del primer bimestre de 2024 las exportaciones de México hacia Estados Unidos alcanzaron 78 mil 287 mdd, esto representó un incremento de 7.7% en comparación con el mismo periodo de 2023.
Si bien estos escenarios representan oportunidades, también se presentan como grandes retos. “Uno de los mayores que tiene la industria logística mexicana es que realmente el empresario mexicano se atreva a innovar y a hacer inversiones en transformación digital, dada la realidad salarial del mercado mexicano, existe la tendencia de tirarle (sic) personas a los problemas, es decir, que en caso de enfrentarse con alguna complejidad operativa la solución de primera mano es sumar capital humano que no siempre es la solución más adecuada”, detalló en entrevista para T21 Carlos Díaz Ojeda, director general de DispatchTrack Latinoamérica.
En este sentido, adoptar tecnología no sólo soluciona los problemas, sino que obliga a las empresas a superar retos al interior a modo de transformar la cultura de trabajo, optimizando el talento humano e incluso redirigiéndolo a espacios en donde sus capacidades sean mejor aprovechadas y generen un valor añadido a la compañía y, por ende, a los propios trabajadores.
“No es que propongamos que se ahorren personas, sino capacitarlas para que hagan otras cosas con sus conocimientos e integrar herramientas tecnológicas, este es el challenge más grande que tiene el mercado mexicano”, detalló Díaz.
Otra gran oportunidad para las empresas dedicadas a las entregas de última milla es reducir la ventana de entrega de los productos, llegando a periodos de dos horas, con la capacidad de informar en tiempo real el estatus de las entregas. “La comunicación entre la flota y el cliente final es fundamental, porque gracias a esto se genera un nivel de satisfacción interesante”, afirmó Díaz Ojeda.
Estas herramientas han conseguido hacer más eficiente el tiempo en ruta hasta en un 10%, lo que significa que es posible reducir la cantidad de kilómetros que recorre un vehículo a diario, así como minimizar el consumo de combustible y reducir las horas hombre.