La Oficina de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés) informó a través de un boletín de prensa que la inversión extranjera directa en manufactura ha sufrido un estancamiento seguido de una drástica caída, con una tasa de crecimiento anual negativa del -12% en los tres años posteriores a la pandemia de COVID-19.
Mientras tanto, el sector de los servicios ha experimentado un crecimiento notable, representando ahora el 81% de los proyectos transfronterizos nuevos.
El declive de la industria manufacturera ha afectado gravemente a las economías más pequeñas, obstaculizando su capacidad para participar en la producción mundial, mejorar los métodos de producción y adoptar nuevas tecnologías. Esto amenaza con profundizar las disparidades económicas y obstaculizar el desarrollo sostenible de varios países, aseguró.
De igual forma, indicó que el ritmo del crecimiento económico global experimenta una disonancia notable entre la inversión extranjera directa (IED) y las cadenas de valor mundiales con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) y al comercio internacional, tal como se indica en el boletín.
El informe de UNCTAD también destaca que la geografía de la IED mundial se ha modificado significativamente debido a la reducción del papel de China como país receptor. Las corporaciones multinacionales han mostrado un entusiasmo cada vez menor por lanzar nuevas inversiones en China. Sin embargo, el país sigue manteniendo una posición dominante en la fabricación y el comercio mundial, lo que significa una transformación en su modelo productivo internacional.
En ese sentido, desde el 2010, el PIB mundial ha mantenido un crecimiento anual promedio del 3.4%, mientras que el comercio internacional ha seguido una tendencia similar, con un promedio del 4.2 por ciento. Sin embargo, la IED ha mostrado un estancamiento cercano al 0% durante el mismo periodo. Este fenómeno señala un cambio significativo en la dinámica económica global. Este desalineamiento entre el crecimiento económico y la inversión extranjera se produce en un contexto de crecientes tensiones comerciales, geopolíticas y una mayor cautela por parte de los inversores.
Cabe destacar, que la reducción en la IED está dejando rezagadas a las naciones menos desarrolladas, aumentando su vulnerabilidad económica.
Ante esta situación, la oficina de la ONU hizo un llamado urgente a cerrar las brechas de inversión.
Así mismo, recomendó revisar las estrategias económicas, promover políticas que aprovechen la IED para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mejorar la colaboración global y regional para un entorno de inversión más equitativo y abierto.
Comenta y síguenos en X: @GrupoT21