Por Abraham Karol Weller Lara*
Comienza un nuevo año y con ello la expectativa del porvenir logístico, económico y comercial del país. En ese sentido, tres grandes temas se avecinan en el horizonte próximo y todo apunta hacia un posible avance de proyectos estratégicos.
Istmo de Tehuantepec y corredor interoceánico
El reflector del comercio internacional se encuentra actualmente en México debido a la inauguración del canal interoceánico, un canal seco de ferrocarriles que permite conectar al océano Pacífico con el océano Atlántico a través de la zona más estrecha de México, conocida como el Istmo de Tehuantepec, un corredor de aproximadamente 300 kilómetros (km) de distancia entre el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos en el estado sureño de Veracruz.
La estrategia en principio consiste en ofrecer los servicios del canal interoceánico para conectar a los mercados asiáticos con la costa este de los Estados Unidos, y además con la posibilidad de atraer inversión nacional y extranjera a los polos de desarrollo ubicados a lo largo de todo el corredor, con la finalidad de establecer fábricas o centros de distribución para dar valor agregado a toda la cadena de suministro ahí establecida.
En su primera fase el proyecto contempla mover un aproximado de 300 mil contenedores al año y la intención es quintuplicar esa cifra. En comparación, el canal de Panamá junto con sus puertos marítimos mueve unos ocho millones de contendores por año. La esencia del corredor mexicano va encaminada a complementar al canal de Panamá y no busca una frontal competencia.
De llegarse a consolidar el corredor interoceánico, México tendría la oportunidad de contar con un activo de clase mundial.
Cisne Negro y la coyuntura crítica internacional
En este punto cabe retomar el concepto de “Cisne Negro”, básicamente un evento inédito que puede cambiar el estado actual de las cosas. Al iniciar el año 2024, dos son los potenciales “cisnes negros” de escala global que afectan a las cadenas de logística.
El primero es la crisis del agua en el canal de Panamá y el segundo es el conflicto del mar Rojo.
Respecto a la crisis del canal de Panamá el tema es preocupante. La crisis del agua y la falta de lluvias derivadas del cambio climático hace muy complicado el paso de buques mediante el lago artificial de Gatún, indispensable junto con el sistema de esclusas para unir a los océanos Pacífico y Atlántico. Aunado a ello, el canal de Panamá es una ruta crucial para el comercio intercontinental, por medio del canal transitan alrededor de 36 barcos a diario y un estimado de 14 mil embarcaciones por año.
Las pérdidas económicas por la sequía del canal de Panamá son notorias; hasta ahora se habla de unos 200 millones de dólares. En este escenario inesperado e insólito, la búsqueda de otras rutas para diversificar el riesgo se vuelve cada vez más necesario.
El segundo acontecimiento de coyuntura critica es el conflicto en el mar Rojo y los ataques hacia los buques portacontenedores. Desde el último bimestre del año 2023 los ataques han sido constantes. Históricamente, el estrecho de Bab Al Mandeb presenta toda clase de retos para los navegantes de esas aguas, y su importancia es estratégica pues representa la entrada a la otra gran vía del comercio mundial: el canal de Suez.
A través del canal de Suez pasa cerca del 14% del comercio marítimo internacional, y su ventaja en tiempos para conectar al mercado europeo con el asiático es formidable, una travesía aproximada de 17 días. De cerrarse esta ruta por los conflictos en la región los estragos serían considerables.
Otra opción al paso del mar Rojo es circunnavegar el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, eso añade dos semanas más de viaje y costos adicionales por concepto de combustible, elevando así el precio de los fletes y por ende de las mercancías. El hecho no es menor pues ya son varias las líneas navieras que han empezado a evitar el cruce por el canal de Suez.
Nearshoring, tercera llamada
Para completar el panorama de comercio y logística en México del 2024 pasamos a un tema más conocido, me refiero al nearshoring o también denominada relocalización de empresas. En este campo aún hay mucho camino por recorrer, sin embargo, los efectos de la atracción de inversión extranjera directa (IED) ya han empezado a reflejarse en distintos puntos del país con especial acento en los estados del norte.
Durante el año 2023 México superó a China como el principal socio comercial de los Estados Unidos a nivel mundial. Alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas tiene como destino final el mercado norteamericano y sumado al incremento del 2.4% en IED todo pinta para ser un año de consolidación.
El reto es mayúsculo pues la promoción en los mercados extranjeros por parte de misiones comerciales mexicanas deberá de ser una prioridad para los sectores privados y productivos.
El panorama luce favorable en lo macroeconómico, no obstante, quedan importantes tareas por realizar.
Te invitamos a revisar la pasada colaboración de Abraham Weller: Nearshoring, segunda llamada para México.
*Abraham Karol Weller Lara actualmente es director general de Global Exports.
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