El día de hoy será la colocación de la primera piedra de la nueva terminal de carga general de Grupo CICE en la bahía norte del puerto de Veracruz. Después de varios años, de una licitación fallida, la empresa mexicana que dirige Leoncio Pérez dará con esto el banderazo al proceso de construcción de la última terminal portuaria en la zona de ampliación del puerto.
Se espera que se den cita autoridades y clientes en los terrenos de la bahía norte y el anuncio de la inversión en la construcción la cual se estima dure un periodo de 24 meses. La zona de ampliación le permitirá a esta empresa tener un futuro en la atención de los nuevos buques que están surcando las aguas del Golfo de México, y que en las actuales instalaciones ya no pueden operar.
Enhorabuena por esta empresa mexicana y por sus colaboradores.
“AÑO DE HIDALGO” AFECTA A TRANSPORTISTAS
Ahora que estamos a unos meses de que concluya la presente administración del Gobierno federal y en varios estados, tal parece que todo mundo está buscando hacer de las suyas antes de ser removidos o reemplazados por los nuevos funcionarios.
Resulta que a una empresa transportista le dieron la sorpresa de que le cayeran elementos de la Fiscalía del Estado de Jalisco y clausurara por cualquier pretexto sus patios de operaciones en la ciudad de Guadalajara. El chantaje, obviamente, era a cambio de una importante dádiva para liberar las puertas y dejarlos operar.
La misma estrategia siguieron en el estado de Guanajuato. La empresa resistió con la ley en la mano, no sin afectaciones, pero las historias negras se siguen multiplicando por todo el país. No solo el crimen organizado, sino también las propias autoridades están dedicadas a extorsionar a las empresas que realizan bien el trabajo.
¿Y LAS GRÚAS PARA CUÁNDO?
Justo estamos porque el reglamento de grúas actualizado cumpla su primer año de haberse publicado en el Diario Oficial de la Federación, pero ni aún cumpliendo mayor antigüedad las empresas transportistas han logrado que se observe y respete.
A decir de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), con dicho ordenamiento se ponía fin a los abusos que las mafias de las grúas venían prácticando un día sí y el otro también por servicios de arrastre y rescate en caso de accidentes, descompostura o robos, sin embargo, nada de estos buenos deseos ha ocurrido y más bien continúa la misma historia que prevalecía. O sea, para decirlo con todas sus los grupetras, el nuevo reglamento es letra muerta.
Las compañías de grúas se la pasan por el arco del triunfo e imponen sus tarifas arbitrarias que rayan en el robo a los transportistas. La autoridad sigue cediendo terreno a los poderes fácticos, esos que se dijo, se combatirían. Así las cosas.
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