Así está ocurriendo en no pocas aduanas del país donde en las últimas semanas se ha repetido la violación flagrante de las leyes y reglamentos en la materia, al retener indefinidamente mercancías en los recintos fiscalizados o fiscales, con el pretexto de extender las revisiones o hacer consultas para allegarse de mayores elementos antes, durante e incluso después de la activación del semáforo fiscal que prevé el artículo 43 de la Ley Aduanera.
Las denuncias de los afectados no son pocas, pues se han disparado el número de inspecciones que mantienen retenidas las mercancías de los contribuyentes, sin que siquiera exista notificación alguna con relación a las revisiones que se practican a múltiples embarques.
La voz de alerta la levantan algunos despachos especializados en derecho fiscal para advertir a los afectados de tres escenas que se están volviendo rutina un día sí y el otro también en algunas aduanas.
Se trata de la Inspección en Punto Táctico: Este es un acto de autoridad que no se encuentra regulado en ningún ordenamiento jurídico y que se da cuando la aduana solicita el posicionamiento de la carga en algún recinto para ser inspeccionada, se impide el acceso a la carga y se niega información al agente aduanal “hasta nuevo aviso”, provocando retrasos serios en la gestión de desaduanamiento de la mercancía.
Reconocimientos Aduaneros Extendidos: Esta práctica se ha vuelto más común en las últimas semanas donde extienden por más de los cinco días que tienen permitido el reconocimiento aduanero de acuerdo con el artículo 153 A de la Ley Aduanera y 200 de su Reglamento, provocando importantes gastos adicionales a los contribuyentes.
Retención de Mercancía Desaduanada: Se han presentado casos en los que a la mercancía le corresponde un desaduanamiento libre y pese a ello queda retenida por parte de la aduana mientras las Unidades Centrales resuelven si debe ser sujeta o no a una Verificación de Mercancía en Transporte o algún Procedimiento Administrativo, ¡hágame usted el favor!
Ante tal abuso de autoridad, los especialistas recuerdan que las facultades de las autoridades aduanales están regidas y deben apegarse al marco jurídico, por lo que no se debe dejar pasar y tolerar este tipo de prácticas ilegales que se pueden volver costumbre si no se les pone un alto a quienes creen que “sólo sus chicharrones truenan”.
Baja Ferries y su manejo excepcional de crisis
Hay empresas que ante una crisis, literalmente, “hacen agua” y se hunden ante un mal manejo que hacen de la misma, y otras que hacen de ellas su principal noticia del día. Este último es el caso de Baja Ferries, que dio un manejo excepcional a la crisis que tuvo tras el escoriamiento (inclinación) del buque Chiapas Star el pasado 11 de septiembre, día en que aplicó la infalible Ley de Murphy que reza que, si algo puede fallar, fallará.
El barco recién salido del astillero de un servicio de mantenimiento regular, presenta una falla en la bomba de lastre de estribor lo cual desequilibra el buque al momento de estar atracado en el puerto de Mazatlán y se inclina imposibilitando las maniobras de desembarque. La comunicación institucional a clientes y autoridades fue inmediata, al tiempo en que se desplegaban las acciones para estabilizar el buque.
Los clientes pusieron el grito en el cielo urgiendo la entrega de contenedores críticos de la industria automotriz. Tan pronto se logró estabilizar el barco antes de cumplirse las primeras 48 horas, se alijaron los contenedores, algunos siguieron su camino por tierra y otros se traspasaron a un segundo buque para llegar a su destino final, mientras en puerto se hacían las correcciones debidas al Chiapas Star.
Al final, el resultado fue el mejor para todos los clientes. Una ligera demora ante los imponderables de los que nadie está exento, un manejo profesional de la crisis, y una imagen más sólida de la marca de la naviera mexicana líder en el Pacífico.
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